Durante mucho tiempo las necesidades industriales y tecnológicas se han satisfecho sin prestar atención a los posibles daños causados al medio ambiente. Ahora parece que al menos se conocen estos daños; sólo falta poner los medios a nuestro alcance para evitarlos.
Las actividades humanas, desde la obtención de una materia prima, hasta el desecho de los residuos generados tras la obtención de un producto tecnológico, pueden tener consecuencias nefastas para la conservación del medio ambiente. Algunos ejemplos son la desertización, el impacto medioambiental de las obras tecnológicas, la contaminación producida en la obtención y tratamiento de muchas materias primas o de fuentes de energía y los residuos generados en muchas actividades industriales.
humanos de los animales, y que últimamente ha configurado
cada vez más el mundo en que vivimos. Desde
tiempos prehistóricos, el hombre ha utilizado sus conocimientos
para fabricar herramientas y máquinas para servir a sus
propósitos, desde la rueda al ordenador. Algunos ahora alaban la
tecnología como el fundamento de toda prosperidad, y creen que
debieran imponerse pocas restricciones a su desarrollo. Otros
la condenan como la causa de masivo daño al medio ambiente,
y hacen un llamado a la imposición de controles estrictos. Pero
la verdad es que es ambas cosas, y ninguna de las dos. La
tecnología ha ayudado a traer riqueza a gran parte del mundo,
mas también ha sido el instrumento de mucho del daño
ocasionado al planeta y a la vida sobre él. Pero en sí misma es
neutral: por bien o por mal, sus efectos dependen del uso que
nosotros hacemos de ella.La tecnología es una de las cosas que separan a los seres
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